El leasing inmobiliario es una opción creciente para multitud de empresas que quieren instalar su negocio o cambiar de sede. Esta entrada te explica las características de esta opción y sus ventajas.

Las características del leasing inmobiliario

Cuando se habla de leasing se suele pensar en la adquisición de vehículos o maquinaria. Pero también existe la posibilidad de adquirir en leasing un inmueble, siempre que su destino se proyecte al desarrollo de una actividad empresarial o profesional.

El leasing se considera un tipo de contrato mercantil, por el que el arrendador financiero adquiere el inmueble previamente elegido por el futuro arrendatario, y cede a este su uso contra el pago de una cuota o canon. Además se estipula obligatoriamente una opción de compra a la finalización del plazo, que no podrá ser inferior a 10 años, en cuyo momento el arrendatario podrá ejercitar la opción y adquirir el inmueble.

El contrato suele documentarse en escritura pública, ya que si se ejercita la opción de compra y se adquiere el inmueble por el arrendatario, solo mediante escritura podrá inscribirse a su favor en el Registro de la Propiedad.

Habitualmente, la operación se articula mediante dos escrituras consecutivas: en la primera, la arrendadora o entidad de leasing compra el inmueble a un tercero; en la segunda, se otorga el arrendamiento con opción de compra al arrendatario.

Las principales ventajas de contratar un leasing inmobiliario

Las que ofrece son de varios tipos, destacando las que enumeramos a continuación.

1. La financiación

Esta fórmula resulta especialmente relevante cuando se precisa adquirir un inmueble y no se dispone de soporte económico para ello.

Puede financiarse el importe íntegro de su adquisición y pactarse los distintos sistemas de amortización (constantes, crecientes o decrecientes) y el tipo de interés (fijo o variable), en función de cuál sea la disponibilidad económica.

2. Fiscales

Frente al desembolso del IVA que debe hacerse necesariamente al inicio de otras operaciones (como la hipoteca), el impuesto devengado en la operación de leasing se va abonando gradualmente con cada cuota.

Además, esas cuotas de amortización pueden considerarse fiscalmente deducibles a efectos del Impuesto sobre Sociedades si se cumplen ciertos requisitos.

3. Gasto limitado

Comparado con una operación de hipoteca, también representa un beneficio económico, en tanto que no exige ningún desembolso previo a su constitución, que en aquella suele representar un 20% del valor del bien a adquirir.

4. Posibilidad de compra a largo plazo

La opción de compra que, legal y obligatoriamente, se establece en las operaciones de leasing a la finalización del contrato (que, recordemos, para el inmobiliario nunca será inferior a 10 años) es, sin duda, uno de sus principales atractivos.

De esta manera, a su término podrá adquirirse el inmueble por una cantidad residual, que será la diferencia entre el precio inicial del leasing y el total de cuotas satisfechas hasta entonces.

5. Mantendrás tu capacidad de endeudamiento

Aunque estas operaciones también forman parte del riesgo comercial financiero, a efectos bancarios, tienen menor incidencia en la capacidad de endeudamiento y, por tanto, menor afectación en CIRBE.

6. Tramitación más rápida

Conlleva menos gestiones que tramitar un crédito o préstamo hipotecario.

Tras el trámite inicial de su formalización con la entidad de leasing, las ulteriores gestiones se concretarán en la liquidación y pago de impuestos y en la inscripción del inmueble a tu favor en el Registro de la Propiedad correspondiente, si es que te decides a ejercitar el derecho de opción de compra previsto en el contrato inicial.

Conclusión

A la hora de adquirir un inmueble para tu negocio, es importante valorar las distintas opciones existentes en el mercado. En Domingo Advocats te podemos facilitar el asesoramiento especializado que requieras para ello.